Historias de Cafè I

Todos los días llego a abrir la cafetería a la primera campanada de la iglesia.

Los primeros que llegan hoy son los de la Universidad de Imagen Pública. Los hombres son muy accesibles pero a las mujeres nunca logro sacarles una sonrisa. Piden americanos y se quedan un buen rato alegando de sus clases, maestros y compañeros.

Después llega el arquitecto que ya adoptó el café para empezar todos los días. Ya está dejando de fumar y casi no se le antoja pero diario se fuma dos o tres en la mañana y por la tarde lo mismo. Se queja de su trabajo pero lo disfruta, aunque le gustaría que le pagaran más. Se lleva bien con sus compañeros a los que cita en el café en la tarde "para que consuman".

Ya llegó el abogado. Él es de Michoacán y empezó la primaria a los 17 cuando llegó a la ciudad. Se salió del pueblo porque ahí la gente no tiene ambiciones, él quería algo más. Terminó de estudiar y siguió con leyes porque quería ser Licenciado. Ahora trabaja en el Tribunal Superior y aunque está conforme con su trabajo, su meta es poner su despacho. Tiene casa propia y poco a poco le va haciendo mejoras. Hoy me contó que cuando era chico su ídolo era el Santo y que sólo una vez fue a las luchas.

Llegó la licenciada, parece que le caigo bien pero nunca la he oído decir dos palabras juntas. Es joven pero no le hablo de tú porque pienso que se va a enojar. Viene con su amigo y compañero de trabajo. Él me parece la persona mas aburrida del mundo. Aunque no para de hablar, siempre lo hace sin expresión alguna. La licenciada lo escucha por horas sin mover una pestaña. Un día paga él y otro ella. Cuando le toca pagar a él, ella pide capuchino que es mas caro.

El del INAH trabaja en el departamento de intercambios y relaciones exteriores. No habla inglés. Ahorita tiene mucho trabajo porque su compañera de área renunció. Ella adoptó a 5 hijos de su hermana cuando junto con su esposo murió en un accidente. Aparte tiene 2 hijos propios. Renunció porque tiene un negocio con su esposo y necesitaba ayudarlo y atenderlo. El del INAH dice que les quiere hacer un altar a ella y su esposo por su gran labor con los sobrinos. Él siempre pide Moka "tibio".

Hoy no ha venido el notario. Él se levanta todos los días a las 5:30 am para poder ir al deportivo. Es persona de rutinas aunque a veces le gusta romperlas y disfrutar de lo que puede. Es divorciado y casado por segunda vez. Le gusta salir de la ciudad y conocer nuevos lugares. Dice que no sabe cuánto gana ni le interesa saber mientras le alcance para vivir bien. Todos los días se sale de su oficina una hora para leer pero nunca lo he visto terminar una hoja, prefiere platicar. Él toma americano con amaretto.

Acaba de pasar el paisa. Vende refrescos en caja y los reparte en su bici. Su local es un poste de luz. Ahí tiene las cajas y todo el día va y viene a hacer recargas. Llega antes que nadie y se va hasta el final. Es conocido por todos y si hace falta, le da raid a uno que otro en la caja de su bici. Lo que más se le vende es el Jarrito y el Boing. Todos los días come con Doña Mari y pide huevos a la Juan Gabriel "volteaditos".

Doña Mari va a cumplir 20 años vendiendo tacos en la misma cuadra. Antes estaba debajo de un árbol un poco mas cerca del café pero se ha ido recorriendo "porque ahí no pegaba el solecito y hacía harto frío". Le da de comer a muchas personas todos los días y dice que las esposas han de estar felices porque no se queman las manos preparándoles comida. Todo mundo la conoce y la quiere. Tendrá como 50 años pero parece de 70. Le fía a los albañiles y cuando termina la semana sabe de memoria qué comió cada quien. Nunca ha tenido problemas con la policía porque la última vez que trataron de quitarla salieron todos los de la oficina de Hacienda (que está enfrente y que comen diario ahí) y les dijeron que ella estaba contratada por esa dependencia y que no se les ocurriera moverla. Hoy me platicó como una vez corrió a su yerno de su casa a palos por pegarle a su hija enfrente de ella. Su hija salió corriendo atrás de él y se fueron a vivir al otro lado. Desde entonces no los ve pero habla con su hija de vez en cuando. La última vez le contó que había metido sus papeles para que le dieran una casa que va a pagar a 15 años. Le dijo que arreglara su visa porque allá tienen muchas oportunidades los adultos mayores.
Doña Mari celebra el aniversario de su negocio cada fin de año. Regala pozole y tequila. De vez en cuando me acepta un té de manzanilla porque el doctor no la deja tomar café. Dos personas le ayudan, su hijo y el papá de sus hijos "El Mayesti". El hijo se duerme en el coche todo el dáa y "el Mayesti" pone el puesto, lava platos, recoge cascos y servilletas, va por tortillas, por cambio, al súper y al final recoge el puesto y lo guarda en un estacionamiento en donde pagan una pensión. Le gusta sentarse a escuchar el radio y sobarse la rodilla que le duele mas cuando hace frío.